SOSTENIBILIDAD

PERIODO MAYO/AGOSTO 2022_ Total de informaciones analizadas: 95

Interpretando el mapa…

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Upcycling, una tendencia en auge

Trabajar por una alimentación sostenible es el único camino que le queda a la humanidad. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) informa de que el 13,8% de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden entre la postcosecha y la venta minorista.

Otro hecho destacable en este periodo analizado es la aprobación (el 7 de junio de 2022) del Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que entrará en vigor el próximo 2 de enero de 2023. Esta normativa establece la jerarquía en el uso y aprovechamiento de los residuos alimentarios apostando por la reutilización para el consumo humano.

Además, un estudio del Instituto de Investigación Capgemini señala que la toma de conciencia sobre el desperdicio de alimentos ha aumentado más del doble en los últimos dos años.

Por ello, no es de extrañar que el Upcycling-Foodwaste haya ganado en importancia en estos últimos meses tanto a nivel internacional como nacional. Este escenario es, dentro de este macroescenario, el que más ha crecido en cuota de voz, respecto al total del Mapa de Escenario de Oportunidad, con un +86,8%, alcanzando una cuota del 5,8%.

Conforme a Innova Market Insight, el número de lanzamientos, a nivel mundial, de alimentos y bebidas en los que se ha utilizado ingredientes reciclados aumentó un CAGR (Tasa de Crecimiento Anual Compuesta) del +122% en los cinco años precedentes a 2021.

Igualmente, casi la mitad de los consumidores, que participaron en el estudio de Innova, indicaron que están tratando de desperdiciar menos alimentos y un 62% reconoció que está dispuesto a pagar más por alimentos y bebidas que ayuden a reducir el despilfarro de alimentos.

Alguna de las iniciativas empresariales más destacadas de estos meses han sido la del gigante cervecero estadounidense Molson Coors. Esta compañía al ver que su desperdicio en cebada era un coste y un problema, convirtió esa dificultad en una oportunidad al transformar la cebada reciclada en un nuevo ingrediente para crear, junto al extracto de hongo shiitake, su nueva leche de cebada Golden Wing y, así, ampliar su portafolio.

También, Bühler, multinacional suiza, ha creado una empresa conjunta con Circular Food Solutions Switzerland. Esta nueva compañía producirá un ingrediente destinado a su uso en alternativas cárnicas basadas en subproductos de cebada reciclados de Suiza.

En España tenemos diferentes ejemplos de startups que trabajan en upcycling y valorización de subproductos como son los casos de Ingredalia, Agrosingularity o Moa FoodTech.

Igualmente, encontramos acciones para reducir el desperdicio alimentario como la de Lidl que ha encontrado una salida a sus productos de pan, bollería, galletas o legumbres no aptos para el consumo humano. La cadena en España lleva desde 2014 trabajando con Promic para transformar dichos excedentes en harina para pienso animal.

En el plano más tecnológico, se está trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías de conservación que permitan seguir avanzando en extender la vida útil de los productos alimentarios -manteniendo sus cualidades organolépticas- y, de esta manera, reducir el desperdicio alimentario. Aunque todavía no estén consolidadas en el mercado, su potencial es evidente.

Algunas de ellas son: luz ultravioleta (UV) y plasma frío (alternativas a la a la desinfección química de superficies de alimentos, evitando alteraciones y el desperdicio de alimentos); biosensores (tecnología de vanguardia, que representa una oportunidad para la detección de moléculas, proteínas, anticuerpos, ADN, orgánulos o, incluso, células microbianas), o cultivos protectores.

En materia de envases, la industria alimentaria está apostando, tal y como se comprobó en Hispack, por reducir al máximo el packaging a emplear, utilizar materiales circulares, es decir, que sean reciclables o compostables y concienciar al consumidor para que colabore en la buena gestión de los residuos.

Con ello, las empresas se afanan en cubrir las necesidades de los usuarios finales, así que no es de extrañar que cada vez más compañías apuesten por envases más sostenibles para sus productos alimentarios.

Si nos centramos en datos, la industria española del packaging facturó 29.750 millones de euros en 2020. El sector del envase y embalaje representa el 4,37% de la cifra de negocio del total de la industria española y supone el 2,65% del PIB, según el último informe realizado por Hispack, sobre este tema.

Esto datos reflejan la importancia de una categoría que tiene ante sí retos como el sustituir el plástico, tecnológicamente “imbatible” en cuanto a conservación y seguridad alimentaria, o al menos reducirlo, ya que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informa que para 2060 los desechos plásticos a nivel global se triplicarán y superarán los mil millones de toneladas.

Para minimizar este problema, las expectativas están puestas en el desarrollo de nuevos materiales, especialmente los de origen vegetal. Ejemplo de ello es el de la compañía Magical Mushroom Company, una startup con sede en Reino Unido que combina residuos agrícolas con micelio para crear envases biodegradables, o el de la multinacional Tetra Pak, que ha desarrollado un nuevo envase fabricado con material basado en biopolímeros que sustituye la capa de aluminio.

Igualmente interesantes son las investigaciones que hemos podido conocer para crear envases inteligentes como la que está llevando a cabo en la Red Canadiense de Innovación Alimentaria (CFIN). En esta entidad están trabajando en la extracción del biopolímero de las conchas de langosta sobrantes del procesamiento para darle al envase propiedades antimicrobianas.

En España la startup catalana Bio2Coat ha desarrollado embalajes comestibles ideados para la preservación de alimenticios como frutas, cereales o arroz; la multinacional Heinz creará la primera botella de kétchup de papel reciclable, fabricada con pulpa de madera de origen sostenible, y Nomen ha lanzado un envase de vidrio 100% sostenible y reutilizable para su gama Arroz 1 Minuto.

Según The Food Institute, la inversión global en Vertical farming tendrá un valor de 20,9 mil millones de dólares para 2029. Desde la organización esgrimen que “a medida que las compañías agrícolas tradicionales luchan contra las sequías, la escasez de tierras cultivables, los problemas de transporte y las fluctuaciones económicas mundiales, los expertos de la industria ven un gran potencial en el futuro de vertical farming”.

En este 2022, a datos del 1 de junio, la inversión en este tipo de iniciativas ha atraído a más de 800 millones de dólares, conforme a los datos de  Pitchbook. En Estados Unidos firmas como AppHarvest, Gotham Greens, Local Bounti, Plenty, Kalera, 80 Acres, AeroFarms, Bowery Farmin están protagonizando rondas de financiación y mejorando en aspectos como experiencia de consumo, tamaño de instalaciones o capacidad de producción.

En otras partes del mundo, empresas como Crop One Holdings y Emirates Flight Catering anunciaron en julio de 2022 la apertura de Emirates Crop One, la que dicen es «la granja vertical más grande del mundo».

Interesante es la expansión de la startup de Hong Kong Farm 66 que tiene previsto colaborar con diferentes promotores inmobiliarios para llevar sus sistemas de vertical farming a edificios residenciales y comerciales.

Una cuarta parte de las emisiones mundiales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) se asocia a la producción de alimentos y a la agricultura, según indica un artículo de Food Navigator.

La industria alimentaria se ha puesto en marcha para limitar ese impacto. Algunas empresas cuentan con planes trazados a corto-medio (2025, 2030) y a largo plazo, con 2050 en el horizonte para ser neutras en carbono. Eso sí, aún falta trabajar en la divulgación de este concepto, ya que según una investigación de Morning Consulting 6 de cada 10 consumidores no conocen el significado de neutro en carbono.

Para que una marca consiga ser neutra en carbono, todas las emisiones que no puede descarbonizar las tiene que “neutralizar” a través de proyectos medioambientales. En enfrentamiento a esta concepción de ‘Neutro en Carbono’ algunas empresas están apostando por el ‘Zero Neto’, el cual se logra cuando una empresa elimina más GEI de los que produce.

En este tiempo analizado, hemos conocido diferentes acciones para descarbonizar. Algunas de ellas son las de Coca-Cola Europacific Partners (CCEP), que pretende transformar CO2 en materia prima para incorporarla a su cadena de suministro; Cervezas Ambar, la cual ha lanzado su variedad ‘Triple Zero’ producida con emisiones neutras de CO2, o Europastry, que ha inaugurado una nueva línea productiva ‘Carbon Neutral’.

La producción ecológica es un escenario consolidado, en el que predominan los lanzamientos de producto y se percibe un crecimiento de mercado. En estos meses hemos notado una menor cuota de voz en este escenario, respecto a ediciones anteriores.

A pesar de ello, los últimos datos de The World of Organic Agriculture 2022, correspondientes a 2020, indican que las tierras agrícolas ecológicas aumentaron en un +4,1% para alcanzar los 74,9 millones de hectáreas y las ventas minoristas ecológicas continuaron creciendo, para sumar los 120,6 billones de euros.

Zumos, frutas y hortalizas frescas, aceites o cereales son las categorías de producto que más se ven este segmento, en el que hay marcas y fabricantes ya consolidados, aunque otras empresas empiecen a sumarse también a la tendencia.

En este periodo hemos conocido propuestas como los yogures de coco de Coco Organic o la ampliación de la línea de colorantes ecológicos de GNT.

Un desafío al que se tiene que enfrentar el sector es la aparición de voces que piden frenar la producción ecológica, ante la amenaza de una crisis alimentaria mundial. Una de ellas es la del Erik Fyrwald, director ejecutivo de Syngenta, fabricante de productos fitosanitarios que pide “el abandono de la agricultura orgánica y que los países más desarrollados aumenten su producción agrícola para evitar una catástrofe global”, según recogió el diario digital suizo RTS.

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