SOSTENIBILIDAD

PERIODO MAYO/AGOSTO 2024_ Total de informaciones analizadas: 198

Interpretando el mapa…

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El macroescenario de Sostenibilidad pierde esta edición el segundo puesto en cuota de voz tras el sorpasso de la alimentación saludable, pero sigue manteniéndose como un escenario de oportunidad para las empresas, cerrando el podio de esta edición del mapa con un 14,25% de cuota de voz (-8,25% con respecto a la edición anterior).

Y es que, a pesar de esta disminución, las estrategias sostenibles están ya integradas en el día a día de las empresas, como ejemplifican estos dos datos recogidos en el Tercer Informe de Sostenibilidad de AECOC sobre el caso de España:

  • El 90% de las empresas ya integran la sostenibilidad en sus decisiones estratégicas.
  • El 89,3% de las empresas ha adoptado medidas para reducir los envases o hacerlos más sostenibles.

 

Dentro de esta tendencia, la industria alimentaria está utilizando la tecnología para buscar soluciones a desafíos como la necesidad de crear envases más respetuosos con el entorno y, al mismo tiempo, eficaces y seguros; la necesidad de frenar la cantidad de comida que termina en la basura o la necesidad de minimizar el impacto negativo de los procesos de producción en el medio ambiente.

La creciente preocupación por el medio ambiente está transformando el sector del envasado, que se posiciona como el escenario con mayor cuota de voz dentro del macroescenario de Sostenibilidad. Tanto las regulaciones como los cambios en el comportamiento del consumidor impulsan la adopción de envases sostenibles, creando también una oportunidad para que las marcas se diferencien en un mercado tan competitivo como el de la alimentación.

Grandes empresas, grandes apuestas

En esta nomenclatura, grandes empresas del sector de gran consumo están liderando la transición hacia envases más sostenibles. Según el tercer Informe de Sostenibilidad de Aecoc, en los últimos cinco años las empresas españolas han logrado reducir en un 20% el uso de plásticos en sus envases, con grandes firmas como Lidl España, Veritas y García Carrión implementando estrategias como la reducción del peso de los envases o el uso de materiales reciclables, que ya representan el 34,3% del total utilizado.

Más allá de España, vemos ejemplos de marcas tan conocidas como Pringles UK, que ha invertido 86 millones de libras en cambiar sus famosos tubos con base acero por envases 100% de papel reciclable, permitiendo así que sus envases puedan depositarse directamente en los contenedores de reciclaje doméstico. Por su parte, la franquicia más grande de McDonald’s a nivel mundial, Aros Dorados Holgings, que opera en América Latina y el Caribe, ha optado por incluir en sus envases un laminado natural biodegradable llamado JANUS. Se trata de un compuesto orgánico elaborado a partir de cera de salvado de arroz, que es un subproducto de la producción de aceite de arroz. JANUS® es 100% biodegradable, reciclable, compostable y, además, mantiene unas propiedades de barrera superiores. Según los responsables de la empresa, este cambio les permitirá eliminar 50 toneladas de plástico al año en sus bolsas y envoltorios de hamburguesas.

Hacia la búsqueda de materiales alternativos

Como ilustra este último ejemplo, la aplicación de tecnologías para desarrollar nuevos materiales está acelerando la transición hacia envases sostenibles, y que también fue una de las tendencias que se posicionó como clave en la última edición de EMPACK 2024. Un ejemplo destacado es la resina reciclada PureFive de PureCycle, que ha recibido una carta de no objeción de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, la FDA, que ha reconocido este nuevo material como “seguro para el contacto directo con alimentos”. PureFive, según cuentan sus desarrolladores, ofrece las mismas prestaciones que el polipropileno virgen y, gracias a esta aprobación, podrá usarse en una amplia variedad de envases de alimentos, desde productos congelados hasta envases para microondas.

En España, Pack2Earth ha desarrollado envases biodegradables que se descomponen rápidamente, sin dejar toxinas, a partir de un material biobasado y con una larga vida útil. Este material es también apto para el compostaje doméstico, permitiendo no solo que los consumidores lo descompongan en sus propias casas de manera segura, sino que, si por descuido o imprudencia acaba en el suelo, es capaz de descomponerse por completo en seis meses, sin dejar residuos. La tecnología, bajo licencia, ya ha despertado el interés de grandes fabricantes como Mondelēz International o Angulas Aguinaga.

En el ámbito académico, la búsqueda de nuevas soluciones sigue avanzando. En un proyecto de investigación conjunto entre organismos de Corea del Sur, Irán y China se ha investigado el uso de enzimas como las lacasas, que tienen propiedades biocompatibles y antibacterianas y se pueden utilizar para mejorar las propiedades fisicoquímicas y funcionales de las películas para envasado de alimentos al catalizar la polimerización de grupos fenólicos, lo que da como resultado una mejor resistencia mecánica, propiedades de barrera y estabilidad térmica. Además, se pueden utilizar para funcionalizar biopolímeros con compuestos bioactivos como antioxidantes, antibacterianos o agentes aromatizantes para crear materiales de envasado que no solo protejan los alimentos, sino que también brinden beneficios sensoriales y para la salud.  

La valorización de subproductos en la industria alimentaria es una buena estrategia para combatir el desperdicio de alimentos y gestionar los residuos de manera eficiente. Pero, además, el avance de la tecnología está permitiendo a las empresas transformar subproductos en alimentos o ingredientes más sostenibles e innovadores.

Alternativas al cacao y al café frente a la escasez

Por ejemplo, frente a la crisis de suministro de cacao, diversas empresas están innovando en el uso de subproductos para desarrollar alternativas sostenibles al chocolate. Planet A Foods está creando concentrados y untables sin cacao a partir de avena y semillas de girasol. Otra startup, Voyage Foods, ha encontrado la vía para utilizar semillas de uva recicladas de la producción de vino para fabricar chocolate sin cacao, mientras que Nukoko emplea habas de faba, una legumbre que, además aporta funcionalidad al producto al ser rica en proteínas.

Por su parte, en China, Nestlé ha lanzado un nuevo producto bajo en cafeína elaborado a partir de la cáscara del grano de café, un subproducto que normalmente se desecha. Aprovechando esta parte del fruto, que aporta un sabor más dulce, Nestlé ha creado una bebida que, además de contribuir a su estrategia de sostenibilidad, se ajusta a los gustos del consumidor local: un café bajo en cafeína y con sabor afrutado, similar al de los tés de frutas.

Cero residuos y nuevos ingredientes en la producción de cerveza

Un ejemplo de cómo la valorización de subproductos puede aplicarse en los objetivos empresariales de sostenibilidad es el caso de Hijos de Rivera, que ha obtenido el sello Cero Residuos en su fábrica de Estrella Galicia. Esta distinción, otorgada a empresas que valorizan o reciclan al menos el 95% de sus residuos, refleja los esfuerzos de la compañía por reutilizar el 100% de los subproductos generados en la producción de cerveza, como el bagazo y la levadura. Estos residuos se transforman en alimento para explotaciones ganaderas locales, demostrando cómo la economía circular puede aplicarse con éxito en la industria alimentaria.

También dentro de esta industria nos encontramos con otro caso interesante: la colaboración entre Innomy y Boortmalt a través del programa de aceleración ‘BoortmaltX’ en un proyecto que combina la germinación de cereales y la generación de ingredientes micoproteicos. El objetivo es abrir el camino a ampliar la gama de ingredientes de Boortmalt en el corto plazo.

El escenario de Neutro en Carbono representa una oportunidad para las empresas que buscan no solo reducir su impacto ambiental, sino también mejorar su eficiencia operativa. Para conseguirlo, la tecnología está jugando un papel crucial.

Por ejemplo, la startup finlandesa COLLO ha recibido cinco millones de euros de financiación para desarrollar su solución tecnológica basada en loT que reduce las pérdidas de leche cruda en las lecherías mediante un sistema de sensores avanzados, análisis de datos y aprendizaje automático. Según sus estimaciones, una planta lechera de tamaño medio puede perder hasta 8 millones de litros de leche al año por falta de control en línea de los procesos. El analizador de COLLO permite minimizar estas pérdidas, además de reducir emisiones de CO2 en hasta 11 millones de kilos y ahorrar 35 millones de litros de agua limpia.

Su tecnología se basa en un sensor adaptable a cualquier líquido de la planta, eliminando la necesidad de múltiples dispositivos de medición. Además, el sistema ofrece análisis interpretativo, proporcionando información útil para la gestión operativa sin necesidad de mantenimiento frecuente ni interpretación compleja de datos.

Otra solución interesante es la de la empresa Reocalize y sus microfábricas para supermercados. Estas fábricas pequeñas y descentralizadas utilizan inteligencia artificial (IA) y automatización para producir localmente los productos, eliminando la necesidad de transporte de media distancia, que es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero en la cadena de suministro. Al reducir o incluso eliminar el transporte intermedio, las microfábricas no solo disminuyen las emisiones de CO2, sino que también mejoran la eficiencia en el uso de energía y recursos, y suaviza riesgos como las interrupciones en la cadena de suministro.

Uso estandarizado de las energías renovables

En España, las grandes compañías están apostando por el uso de renovables para mitigar el impacto ambiental de sus procesos. Nestlé España, por ejemplo, ha invertido 22 millones de euros en una segunda caldera de biomasa en su fábrica de café en Girona, que reutiliza residuos industriales como posos de café y astillas forestales certificadas como sostenibles para generar vapor, lo que permitirá reducir más de 18,000 toneladas de CO2 anuales y disminuir su dependencia del gas natural.

De manera similar, Mercadona ha inaugurado su mayor planta fotovoltaica en Barcelona, cuya energía anual, equivalente al consumo de 40.000 hogares, evita la emisión de 16.000 toneladas de CO2. Por su parte, Heineken España está avanzando hacia un 84% de energía renovable en su fábrica de Sevilla, lo que reducirá su huella de carbono en casi 7.000 toneladas de CO2 anuales.

Soluciones desde el campo

Como vimos en el último VII Congreso de Seguridad Alimentaria y Calidad, los avances tecnológicos y legislativos enfocados en fortalecer la cadena alimentaria española y asegurar una producción sostenible se abordan, en muchos casos, desde el campo.

Por ejemplo, en el sector agrícola, Elanco ha desarrollado Bovaer®, un aditivo para la alimentación del ganado lechero que reduce en un 30% las emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes. Este aditivo actúa directamente en el sistema digestivo del ganado, inhibiendo la producción de metano sin afectar la salud de los animales.

Por su parte, Mitti Labs está abordando el problema de las emisiones en la agricultura, específicamente en las plantaciones de arroz de La India, que son responsables de la emisión de una gran cantidad de metano. Utilizando tecnología avanzada de imágenes satelitales y cámaras de gases, Mitti Labs monitoriza en tiempo real las emisiones de gases de efecto invernadero y las condiciones de las plantaciones, lo que permite a los agricultores ajustar sus prácticas para reducir las emisiones de metano. Además, la empresa ofrece a los agricultores la oportunidad de generar créditos de carbono, que pueden venderse en el mercado, creando una fuente adicional de ingresos.

La agricultura vertical sigue generando noticias tanto a nivel global como en España.

Una de las más relevantes es la de la startup estadounidense Plenty, que ha firmado un acuerdo de 680 millones de dólares con Mawarid para desarrollar una red de granjas verticales en Oriente Medio. Este proyecto contempla la construcción de cinco instalaciones durante los próximos cinco años, con el inicio previsto para 2025 en Abu Dhabi. La primera granja se centrará en la producción de fresas y será la primera de este tipo en la región fuera de Estados Unidos. Con una extensión de 7.500 m² y una capacidad de producción estimada de 2.000 toneladas anuales, Plenty busca lograr retornos superiores al 20%, un rendimiento significativamente más alto que el de la agricultura tradicional.

Por su parte, la startup española Groots, especializada en agricultura vertical, ha ampliado su oferta de productos al entrar en el mercado de los snacks saludables. Su nueva gama incluye hummus clásico y guacamole, presentados en envases hechos de plástico 100% reciclado. Anteriormente, la empresa ya había lanzado una línea de salsas pesto elaboradas con ingredientes 100% plant-based.

La investigación también sigue trabajando en el desarrollo de la agricultura vertical. Un ejemplo destacado es el Smart Technology Experimental Plant Suite (STEPS) de la Universidad de Essex, un laboratorio equipado con una granja vertical de estándar comercial que combina inteligencia artificial y robótica para optimizar el rendimiento de los cultivos. Esta instalación, que cuenta con un «campo interior» capaz de simular climas de cualquier parte del mundo, está diseñada para desarrollar cultivos resistentes a climas extremos, mejorando la seguridad alimentaria en condiciones climáticas adversas.

 

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